Metapolítica
Morelia, Michoacán.- Salvador Cienfuegos habló.
Y el general, extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional y protagonista del último desencuentro diplomático entre México y Estados Unidos, no se guardó nada.
“Fantasiosas”, “ridículas” y “estúpidas”. Eso fueron las acusaciones de presunta colaboración con el narcotráfico, según la declaración formal obtenida por la Fiscalía General de la República en el transcurso de las investigaciones.
El comentario fue parte de las pesquisas emprendidas por la Fiscalía tras el regreso de Cienfuegos a México. Y al parecer surtieron efecto. Cinco días más tarde el caso se cerró.
“Soy totalmente ajeno a los hechos que se me pretenden atribuir”, dijo Cienfuegos. “Soy inocente, y a lo largo de seis décadas en el Ejército siempre actué con honor y lealtad”.
Y aseguró que salta a simple vista que las comunicaciones exhibidas por la DEA no pueden ser de él.
“El lenguaje corresponde al de una persona con educación escasa”, y “coincide con la misma forma de escritura que se aprecia en la respuesta del delincuente”. Se trataría, asegura, de mensajes escritos por “El H9”.
“En los mensajes, por ejemplo, se advierten burdas maniobras (de El H9) para obtener diez millones de pesos con motivos que rayan en la estupidez, como el hecho de que se va a llevar un golpe de Estado (…) es francamente ridículo y mas ridículo que los especialistas de la DEA dieran crédito a que efectivamente esos mensajes eran míos”.
Sostuvo que la detención y encarcelamiento en Estados Unidos “dañaron de forma injustificada su prestigio y liderazgo”, y que “las calumnias en mi contra van mas allá de mi persona y de mi familia, van contra las instituciones Armadas del país y contra el Estado Mexicano”.
Su abogado agregó más datos: hay constancia de eventos en los que estuvo Cienfuegos en las mismas fechas en los que supuestamente se reunió con los criminales; no tuvo jamás un Blackberry; y la DEA no explica por qué Cienfuegos, en la cumbre de su carrera militar, se prestó a colaborar con un presunto narcotraficante de poca importancia.
Palabra del general.
