La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos criticó al Gobierno de Rusia por poner en alerta sus armas nucleares. La invasión a Ucrania, dijo, “abrió un nuevo y peligroso capítulo de la historia mundial”.
El canciller Marcelo Ebrard Casaubón reiteró que “México rechaza el uso de la fuerza”, en concordancia con el del secretario general de la ONU, António Guterres, quien pidió al presidente de Rusia, Vladimir Putin, detener el ataque contra Ucrania y darle “a la paz una oportunidad”.
“A petición del presidente Volodimir Zelenski, solicito oficialmente consultas inmediatas a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU en nombre del artículo 6 del Memorándum de Budapest”, dijo en el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba.
Vista la “concentración de tropas rusas en torno a Ucrania, estoy profundamente preocupado por el aumento de tensiones y de especulaciones sobre un conflicto militar en Europa”, dijo el secretario general Antonio Guterres.
“Deben privar la diplomacia preventiva y el diálogo como vías de distensión y como hemos escuchado existen diversos canales: las conversaciones en Ginebra, el grupo trilateral de contacto y el formato de Normandía”, dijo el representante de México en la ONU, Juan Ramón de la Fuente.
En sesión del Consejo de Seguridad, el canciller dijo que el tráfico de armas es un fenómeno global que “afecta gravemente a la población civil, propicia la violencia, genera desplazamientos de personas que desean escapara de contextos de seguridad”.
El subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, garantizó la apertura del Gobierno de México a los expertos internacionales con el fin de ofrecer toda la información con respecto a la situación que prevalece en México en torno a los más de 94 mil casos reportados.
En un discurso que dio como presidente de México, López Obrador llamó a la ONU a despertar de su letargo y propuso un Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar, cuyo objetivo es recaudar aportaciones anuales de personas y empresas millonarias, así como de países miembros del G20, para “garantizar el derecho a una vida digna a 750 millones de personas”.
Este es el segundo viaje que realiza el presidente fuera del país. El primero ocurrió en julio de 2020, cuando viajó a Washington para reunirse con el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump.